La DRC tuvo el placer de charlar con Jim Gordon de Ippolito Produce Ltd., ubicada en la Terminal de Alimentos de Ontario, para obtener una perspectiva canadiense sobre las inspecciones federales.
El Sr. Gordon ha trabajado en este sector por cerca de 45 años, pasando aproximadamente la mitad de ese tiempo en un entorno de ventas al por mayor en la dirección de operaciones de la Terminal. La otra mitad de su carrera ha trabajado para cadenas de comercialización y mercadotecnia de frutas y hortalizas. El Sr. Gordon trabaja actualmente con Ippolito Produce Ltd. en la Terminal de Alimentos de Ontario, una compañía mayorista de dicha Terminal, como director de operaciones responsable de ventas y de todo lo que pasa en el piso, cómo tratan a los clientes, los productos que entran y salen de la Terminal y toda la administración con los empleados.
El Sr. Gordon comenzó realizando una reseña de los problemas pasados que condujeron al paisaje actual. Señaló que es importante entender que antes de que se creara el Servicio de Inspección a Destino (DIS – Destination Inspection Service), el servicio de inspección que ofrecía la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos (CFIA – Canadian Food Inspection Agency) se consideraba, desde una perspectiva de la industria, como presentando carencias.
“El prólogo es que las inspecciones a destino existen para facilitar el comercio y asistir en el manejo de controversias entre embarcadores y recibidores a través de fronteras internacionales. El tener un servicio de inspección creíble y válido fue crítico para que la industria pudiera continuar con el comercio internacional, específicamente a través de la frontera Canadá/Estados Unidos. El estado de los servicios de inspección en aquel momento no ayudaba ni a los embarcadores ni a los recibidores en manejar sus conflictos y en resolver luego sus desacuerdos, señaló el Sr. Gordon.
La industria trabajó en conjunto explorando opciones alternativas para la prestación de un servicio de inspección oportuno y creíble que facilitaría este tipo de actividad. Participaron representantes de la industria de Canadá, Estados Unidos, México y otros. Un mensaje que estuvo fuerte y claro fue el deseo de que se involucrara el gobierno canadiense bajo el amparo de la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos (CFIA). Muchos modelos fueron explorados en ese momento, con la industria y el gobierno decidiendo desarrollar un modelo de servicios de estilo comercial proveyendo una inspección oportuna y creíble para facilitar la solución de controversias en el comercio internacional. Allí nace el Servicio de Inspección a Destino (DIS). “Y aquí estamos, todos estos años más tarde, y está funcionando bastante bien,” dijo el Sr. Gordon. “Estamos escuchando lo mismo de ambos lados de la industria y de ambos lados de la frontera, y eso es algo bueno”, continuó diciendo.
“Cuando la industria empezó a conversar con la CFIA y a construir el modelo, se necesitaba que fuera un modelo de recuperación de costos. La industria necesitaba pagar los gastos para ejecutar el modelo dentro de la Agencia”. El Sr. Gordon señaló también que, al subir las tasas para asegurar la recuperación de costos, vieron que el número de inspecciones bajaba, lo que perjudicaba económicamente al nuevo modelo.
“La CFIA ha sido muy buena en continuar financiando el modelo DIS y mantenerlo funcionando. Cuando empezamos a analizar a donde iban las inspecciones, encontramos que los mayores costos causaron que la industria buscara otras alternativas” continuó el Sr. Gordon. Un número de inspecciones terminaron yendo a los servicios privados. En relaciones de más largo plazo, donde había un elemento de confianza involucrado, las empresas estaban dependiendo de inspecciones internas. Muchos de los inspectores del lado canadiense de la frontera estaban siendo entrenados por la Asociación de Comercialización de Frutas y Hortalizas de Ontario (OPMA – Ontario Produce Marketing Association) en cómo realizar una inspección adecuada de los productos, cómo documentar la inspección y cómo determinar los números y los términos que se utilizan generalmente en la industria para que todos entendieran lo que estaban declarando los informes.
“Un número de relaciones comerciales pensaron que, en muchos casos, el mayor gasto era demasiado grande y comenzaron a aceptar las inspecciones internas,” declaró el Sr. Gordon. “Creo que a lo largo del tiempo esto realmente mejoró muchas relaciones comerciales. Tuvo un efecto que no esperábamos”, continuó el Sr. Gordon afirmando que este cambio sigue sintiéndose el día de hoy pues el número de inspecciones realizadas por el DIS es actualmente menor que el número que se realizaba en los primeros años de su existencia.
Cuando un contrato es acordado entre dos partes, la condición de los productos es parte de ese contrato. Si no se habla en el contrato de venta de ninguna clasificación específica, la expectativa es que, a su llegada al lugar de destino, los productos cumplirán con las normas de buena entrega. En la mente del recibidor, si los bienes no cumplen con una buena entrega, hay un mecanismo de solución de controversias que entra a determinar si fallan y, si es así, en qué medida fallan dichos productos en cumplir con las normas de buena entrega. Una inspección conducida por una tercera parte es un elemento crítico en la toma de dicha determinación.
“Es importante una tercera parte imparcial. Si un inspector está trabajando para el embarcador o el recibidor, va a inclinarse por una u otra parte” dijo el Sr. Gordon. “En el caso de los inspectores del DIS estos son totalmente imparciales y no trabajan para ninguna de las partes. Ellos están simplemente examinando los productos y determinando si cumplen o no cumplen con las normas de buena entrega,” continuó diciendo. Esto resulta en una determinación si el recibidor estará pagando o no el total o si se llegará a algún tipo de arreglo entre las dos partes.
El Sr. Gordon considera que los inspectores del gobierno tienen un alto nivel de capacitación y más apoyos, tales como bases de datos, soporte en línea y acceso a otros recursos, ya sean recursos impresos o recursos humanos que serían difíciles de igualar por los proveedores privados de servicios de inspección. “Los inspectores privados probablemente no tienen el mismo nivel de recursos disponibles para ellos,” dijo el Sr. Gordon. La imparcialidad, no trabajando para una u otra parte, es otra ventaja de las inspecciones federales, como también lo son los mecanismos de apelación que existen con las inspecciones federales.
“En la Terminal, el uso de inspecciones federales por los mayoristas más grandes es generalmente en aquellas transacciones en las que no tienen relaciones de largo plazo,” continuó. “El embarcador, viendo con sus propios ojos que el producto está en buen estado cuando se está cargando el camión, es probable que vaya a querer algunas pruebas si se presentan problemas de reclamaciones a su llegada,” concluyó el Sr. Gordon.